martes, enero 31, 2006

Oración a Nuestra Señora del Valle

compuesta y mandada publicar por el Sr. Obispo de Tucumán, Dr. D. Pablo Padilla y Bárcena

Oh, amabilísima Madre mía; que bajo el hermoso título de Virgen del Valle, y por medio de tu coronada imagen, venerada en tu santuario de Catamarca, derramas abundantemente los dones de la gracia, te ruego, Madre mía, me obtengas de tu divino Hijo Jesús, un vivo dolor de mis culpas y esa pureza de espíritu y de corazón que conduce al perfecto amor de Dios.
A ti, que nada deseas tanto como que Jesucristo reine en los corazones de los hombres, y que los derechos de su divina soberanía sean reconocidos y acatados, te ruego, amadísima Madre mía, mires siempre con amor y compasión a tu favorecido pueblo de Catamarca, a la Diócesis de Tucumán, a su Pastor y ministros del altar, a sus governantes y magistrados y a toda la Nación Argentina, a fin de que tu dulce Jesús sea conocido y amado por todos sus hijos, y su reinado social establecido y afianzado.
Presenta, dulcísima Madre mía, al Eterno Padre, con esta mi pobre súplica, la sangre y amor del Corazón de Jesús, tus propios dolores y merecimientos y los de todos los bienaventurados, para desagraviarle de las injurias y ofensas que diariamente recibe. Intercede por el Romano Pontífice y por la Iglesia toda, a fin de que sean abreviados los días de prueba, y brille pronto el triunfo de la verdad, de la justicia y de la caridad; y por todos los infieles herejes y pecadores, para que se conviertan y vivan. En fin, Madre mía, otórgame la gracia de amarte siempre como hijo agradecido, y no desagradar jamás a Jesucristo con mis ingratitudes, para que así pueda gozar de tu dulce compañía en el cielo. Amén.

S.S. León XIII, con fecha de 29 de Agosto de 1899, concedió 200 días de indulgencia a los que rezaren esta oración; y S. S. Pio X, el 30 de Mayo de 1905, concedió 500 días por cada día que se rezare, y una indulgencia plenaria al mes a los fieles de la República Argentina que la rezaren todos los días.

Oración a San José

(Prescripta por S. S. León XIII)

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.
Proteged, prudentísimo custodio de la Sagrada Familia, al linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, oh, pederosísimo Protector nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de las asechanzas del enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros, con vuestro perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la felicidad eterna del cielo. Amén.

Su Santidad concede una indulgencia de siete años y siete cuarentenas por cada vez que devotamente se rezare esta oración.

FAC NOS INNOCUAM, JOSEPH, DECURRERE VITAM, SITQUE TUO SEMPER TUTA PATROCINIO. AMEN.

Ars liturgica, Maria Laach, Germania, 4988, St. Joseph, prior to 1938.

La natividad de Maria

Después de cuatro mil años de espectación, apareció María sobre la tierra, como la aurora que anunciaba el verdadero Sol de Justicia, Cristo Jesús. Oh, dichosos y bienaventurados padres de tan Santa Niña, San Joaquín y Santa Ana! quién no compartirá vuestra dicha? El Nacimiento de María es la fiesta del mundo entero, pues ella es la Madre de la humanidad. He aquí que aparece en el mundo Aquella que quebrantará la cabeza de la serpiente infernal. Regocijémonos, porque, por María, vino Jesús a nosotros, y Jesús es nuestro Redentor, el Reparador universal de nuestros pecados.

Coloquios que pueden hacerse durante la novena de la Natividad

1. Virgen santa, que naciendo a este mundo, anunciasteis la paz a la humanidad afligida, obtened a nuestros corazones la paz de la gracia de Dios, y a la Santa Iglesia el triunfo sobre sus enemigos. Ave Maria.
2. Virgen santa, que desde vuestro nacimiento empezasteis a humillar a la serpiente infernal, alcanzadnos gracia para vencer sus insidias, y resistir a sus tentaciones hasta la muerte. Ave Maria.
3. Virgen Inmaculada, que nacisteis y vivisteis siempre más pura que los Angeles, haced que nosotros también llevemos una vida santa, como corresponde a verdaderos cristianos. Ave Maria.
4. Virgen amable, celestial Niña, que vinisteis al mundo para triunfar de él, alcanzadnos la gracia de despreciar sus erróneas máximas, siguiendo las enseñanzas del Evangelio. Ave Maria.
5. Dichosa Niña, que nacisteis para triunfar de todas las herejías, alejad de nosotros y de estas Repúplicas todo error contrario a nuestra santa Religión y coservad en nosotros siempre vivas la fe y la caridad. Ave Maria.

Oración
Virgen bendita, que nacisteis para ser la Corredentora de la humanidad, salvadnos, pues, del naufragio de la culpa, y conducidnos al puerto de la eterna salvación; os lo pedimos por la gloria de vuestra Coronación en vuestra portentosa Imagen del Huerto, en Chiávari, y en Hortus Conclusus. Amén.

lunes, enero 30, 2006

Oraciones a María Santísima

María, Virgen Purísima, conceded a vuestros congregantes la pureza de cuerpo y mente. Ave Maria.
Ancora firme para cuantos navegan en el mar agitadísimo del mundo, alcanzadnos fidelidad a la Congregación y la perseverancia en ella hasta la muerte. Ave Maria.
Reina y Madre de las Congregaciones Marianas, rogad a vuestro Hijo se valga de ellas para avivar en el mundo la fe, la piedad y el amor a la Iglesia. Ave Maria.
Inmaculada Madre del Verbo Encarnado, infundid en nuestras almas ardiente celo de hacerle conocer y amar de todos. Ave Maria.
Amadísima Madre nuestra, asistidnos en la hora de la muerta y abridnos las puertas del Cielo. Ave Maria.

PARA DESPUÉS DE COMULGAR

Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro; disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.
(San Ignacio de Loyola. Ejercicios).
Indulgencia de 300 días una vez al día. (León XIII, 26 Mayo 1883).

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh mi buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo defiéndeme.
En la hora de mi muerte llámame,
Y mándame ir a ti.
Para que con tus Santos te alabe,
Por los siglos de los siglos. Amén.

Indulg. de 300 días cada vez; una plenaria al mes recitándola cada día. (Pio IX, 9 Enero 1854).

Miradme, o mi amado y buen Jesús! postrado en vuestra santísima presencia os ruego con el mayor fervor imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y propósito firmísimo de enmendarme; mientras que yo, con el mayor afecto y compasión de mi alma, voy considerando vuestras cinco llagas, teniendo presente lo que puso en vuestros labios, oh buen Jesús! el Santo Profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos.

Indulg. plenaria al que, después de haber comulgado, rece esta oración delante de alguna imagen de Cristo curcificado. (Pio IX, 31 Julio 1858).

CONSAGRACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA

Oh, Señora mía! Oh Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad! guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén. Tres Avemarías.

jueves, enero 26, 2006

Madre Maria Pierina de Micheli

La Sierva de Dios Madre Maria Pierina de Micheli, Hija de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires, naciò en Milán el 11 de Septiembre de 1890. Creció en la caridad, en la pureza y en el sacrificio, se consagró después a Dios entre las Hermanas "Hijas de la Inmaculada Concepción".
Se mantuvo fiel a su propósito de "dar a Jesús, dar todo, dar siempre". Fue apóstol de la devoción a la Santa Faz de Jesús. Murió en Centonara d'Artò (Novara) el 26 de julio de 1945.

ORACIÓN

Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que hiciste brillar los dones de tu gracia en el alma de la humilde Sor Maria Pierina De Micheli, y quisiste que en el silencio y en la obediencia fuera la consoladora del Divino Crucificado y la misionera de la Santa Faz de Jesús, haz que también nosotras sigamos con gozo el camino de la caridad, para gloria tuya y bien del prójimo.
Por los méritos de tu sierva, concédenos la gracia que te pedimos, a fin de que por su eficaz intercesión, se manifiesten para nuestro ejemplo y consuelo, las heroicas virtudes que ella praticó generosamente en este vida y podamos venerarla un día sobre los altares. Así sea.

+ Gilla Vicente Gremigni, Arzobispo - Obispo de Novara

Nihil obstat. A. P. Frutaz subs.
S. Congr. pro C. S. L+S. Romae, 5-6-1970

martes, enero 24, 2006

Nuestra Señora del Huerto

Noticia histórica de María Santísima del Huerto

Hacia el año 1500 de nuestra Era un horrible contagio invadió la Ciudad de Chiávari (Italia). Turquina Guercio, librada milagrosamente de la peste, hizo pintar en el muro de un huerto, propiedad suya, la imagen de María con el Niño Jesús en brazos en acto de bendecir al pueblo, impulsado por la mano derecha de la Madre Inmaculada. La cesación del azote y los milagros obrados por medio de la Imagen, manifestaron que ésta había sido divina inspiración. Pero habiéndose destinado aquel lugar a sepultura de las víctimas del contagio, la Imagen quedó alli oculta, olvidada y hasta profanada por largos años. No permitió Dios, sin embargo, que del todo se extinguiera su memoria en el pueblo, pues no faltaban almas sencillas y piadosas que recurrían a la olvidada Imagen del Huerto en sus más apremiantes necesidades. Dios, por su parte, quería glorificarla, y durante la noche, a modo de misteriosas procesiones, los Espíritus angélicos hacían la corte a su Reina Soberana.
En 1609, la Santísima Virgen en persona dignóse aparecer a Gerónima Turrio, sanándole instantáneamente a un hijo; y el 2 de Julio de 1610, el joven Sabastián Descalzo vió, en celestial visión, a María Santísima pasearse por los aires y detenerse ante la ventanilla donde estaba pintada la Imagen. A estas noticias acuden los pueblos y se multiplican los prodigios; y los Chiavareses levantaron un Santuario y eligieron por Patrona a Nuestra Señora del Huerto. En 1829 el Venerable Antonio María Gianelli fundó el religioso Instituto de las Hermanas de Caridad, Hijas de María del Huerto, que se extendió por varios puntos de Italia, por las Repúblicas Uruguaya y Argentina, Brasil, Chile y Tierra Santa, en el lugar simbólico llamado Hortus Conclusus o jardines de Salomón. Numerosas Asociaciones, y en especial la benemérita Archicofradía del Huerto, se honran con este dulce título, con el cual todos debemos invocar a María Santísma para experimentar los benéficos efectos de su proteccíon.

El "Hortus Conclusus" de Tierra Santa

Las palabras latinas Hortus Conclusus, significan Huerto Cerrado, y se aplican a María Santísma, Madre de Dios y Madre nuestra. En Tierra Santa, en las inmediaciones de Belén, existe el verdadero Hortus Conclusus, bíblico, figura de María. Por iniciativa del gran devoto de María del Huerto, Mons. Mariano Soler, Arzobispo de Montevideo, allí, en ese Huerto sagrado, las Repúblicas Uruguaya y Argentina han levantado un Santuario dedicado a Nuestra Señora del Huerto. Las Hermanas de Caridad, que se honran con este título del Huerto, conságranse allí a las obras de caridad propias de su benéfico Instituto, manteniendo y educando huérfanas, cuidando enfermos, y, mediante el agua regeneradora del Bautismo, abriendo el cielo a muchos inocentes niños, hijos de infieles. Grande y santa misión, que merece cooperación de nuestra parte! Ella se realiza en nuestro nombre, a fin de que el Señor, justamente irritado por nuestros pecados, aleje de nosotros los rayos de su divina indignación.

Enlaces de interés:
El Santuario de Nuestra Señora del Huerto, Ortás, Belén
La Imagen de Nuestra Señora del Huerto en Ortas, Tierra Santa
Centenario del Santuario de Nuestra Señora del Huerto en Palestina
Discorso di Giovanni Paolo II
Mary over Bethlehem
Our Lady of the Garden, Mission in Israel