Con trama de sus amores,
con la urdimbre de su fe,
quiero tejer una oda
por el negrito Manuel.
Esclavo fué de la Virgen,
que es la madre del amor.
¿Cuándo destino más alto
aquí en la tierra se vió?
Esclavito sin cadenas,
que por ternura filial
siempre estaba encadenado
al pie del querido altar.
Su Señora era muy blanca,
con blancura de azucena.
Su Señora del amor
albor tenía de estrella.
Viéndolos juntos, la Virgen,
más y más resplandecía.
Blancura igual no la tiene
ni la nieve de las cimas.
Junto a su bella Señora,
a su amita de los Cielos,
el pobre negro Manuel
parecía aún más negro.
Pero su alma ¡qué blanca!
Llena de fe e inocencia,
parecía aún más nívea
en esa forma tan negra.
Sus manos toscas y rudas
rondaban a su Señora,
en homenaje perpetuo
de enlutadas mariposas.
Traían flores del campo;
¡con qué amor las recogían
y con que amor las dejaban
a las plantas de su amita!
En el rancho de totora
siempre estuvo el fiel esclavo;
y cuando la Madre tuvo
un templo en su honor alzado,
siguieron viéndolos juntos:
La Virgen más esplendía
y ante su Reina, el esclavo
más negro aún parecía.
Con trama de tu ternura,
con tu santa y pura fe,
te fuí tejiendo esta oda,
noble negrito Manuel.
Maruja Aguiar de Marian, Montevideo, Octubre 1939
miércoles, marzo 01, 2006
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1 comentario:
hoy estuve en la basílica rezando por una chica llamada Celeste de 23 años, enferma de cáncer. Un sacerdote me dió aceite bendito para hacerle la señal de la cruz y me recordó que el negro Manuel curaba a los enfermos con el aceite de las velas encendidas. Pidan todos por favor por ella! gracias!! María Susana
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